viernes, 28 de noviembre de 2014

BLOQUE 1: TEMA 5 : Denotación y connotacion

DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN
La riqueza de los textos literarios implica, en ocasiones, múltiples interpretaciones sobre una frase o, inclusive, una misma palabra. A veces, una palabra tiene diferentes significados de acuerdo al texto y a la intencionalidad que el autor incluya en el texto. Por eso podemos decir que un texto tiene un significado literal o directo y un significado agregado que depende de la subjetividad de quien lo enuncia; a esto le llamamos denotación y connotación.

DENOTACIÓN.
La denotación es lo contrario de connotativo, tal como aparece definido en los diccionarios con una forma de expresión formal y objetiva.
Las palabras del lenguaje humano poseen dos tipos de significados, el denotativo o denotación y el connotativo o connotación. Se llama denotación al tipo de significado de una palabra que es objetivo y se da en el plano saussureano de la lengua. Es el significado universal, el que una palabra tiene para todos los conocedores de una lengua, sin que exista la más mínima discrepancia entre ellos: el que tiene por ejemplo metal y recoge Propiamente lengua aprendida de dicho lenguaje, se trata del significado tal como se presenta fuera de cualquier contexto. Por ejemplo, aurora denota la parte del día correspondiente a la salida del sol, y es así como se define en los diccionarios.
En realidad, todo signo tiene una dimensión denotativa que se complementa con su dimensión connotativa. Ambas dimensiones son parte de un continuo, cuando se va hacia la parte denotativa describiendo un objeto o una situación, los significados son más nítidos y pueden ser fácilmente compartidos por muchas personas dentro de un contexto amplio o universal, es lo que se pretende "objetivo"; mientras que conforme la descripción contiene aspectos diferenciales que no son tan evidentes estamos avanzando hacia la dimensión connotativa que depende más de los contextos espacio-tiempo específicos del emisor, del mensaje y del receptor del mensaje. Aquello que es más denotativo tiene escasas modificaciones por el cambio de época o cultura, mientras que lo connotativo se altera significativamente conforme se modifican las culturas o situaciones en que se inserta. Así, una imagen o un texto pueden ser denotativamente los mismos y sin embargo haber cambiado de manera esencial en su connotación. Sin embargo, aun lo denotativo implica una interpretación contextual, por lo cual toda denotación es también una connotación; la distinción entre una y otra es análoga a la diferencia entre frío y caliente, es decir, relativa.



CONNOTACIÓN.
En el fenómeno comunicativo de la connotación, se hacen evidentes los códigos que habilitan tal fenómeno. Las connotaciones vienen usualmente a ser los significados contextuales distintivos de ciertas enseñanzas culturales, las que al ser empleadas por los emisores, se comunican por el uso en la acción connotativa. Los fenómenos connotativos también son considerables como índice de las particularidades de algunos emisores; y además, como los intentos de definición del contexto, en cuanto a sus vínculos interpersonales.
La connotación actúa conjuntamente, mediante diversas maneras específicas, en cada serie comunicacional que se emplee denotativamente: Es una serie paralela al cuerpo denotativo o basal del mensaje. Un ejemplo sería el de la frase nominal "una vida de perros". La denotación en ella refiere a la vida de los animales (perros), pero casi nunca es esa la significación dada en su uso. La connotación significativa de la frase es la de una existencia sufriente, floja, mala. Infinidad de frases y palabras poseen un significado casi por entero connotativo. La connotación contextualiza, atrapa al sentido denotado, y superpone una intencionalidad a la base denotativa. Esa intencionalidad puede ser consciente como inconsciente en la voluntad de sus emisores. Al estar combinadas denotación y connotación como conjunto previo, su resultado informativo o comunicativo determina, eventualmente, un significado adicional en la captación de los mensajes: En las mentes de sus receptores son evocadas significaciones culturales, de un modo institucionalizado, a través del material connotativo. Junto a los procesos del entendimiento discriminativo y analítico (el qué se está comunicando), operan la intencionalidad y el color afectivo (el cómo y las circunstancias de la comunicación), para la posible concreción de un significado global que conjugue lo denotado y su connotación. Este conjunto significativo se comparte entre quienes lo reciben como en quienes lo emiten; habida cuenta que esta comprensión o inteligencia interpersonal puede sufrir manipulaciones que vayan en contra de las personas, por parte de cualesquier emisores psicopáticos y/o dominantes.


Por la connotación, el hecho comunicacional sintagmático es llevado hacia un campo de significación adjunta, que con su organización formal lo caracteriza. Esta estructuración se articula en cadenas de oposiciones proporcionales para cada eje connotativo, por ejemplo: si cierto mensaje denotase «La leche hace bien en todas las edades» y este dicho se acompañara con la imagen de una sonriente anciana saltarina, el eje de oposiciones connotado versaría en torno a la significación de "actividad juvenil" opuesta al "quietismo senescente". El mensaje, por su típica organización funcional significativa, está diciendo: « ¡Ha de beber leche usted si quiere mantenerse joven!»


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